Lo cierto es que no tenemos muchas ocasiones para actualizar el blog, entre jornadas completas de acá para allá, conexiones escasas y ese "magnetismo" de las carreteras que parece no quieran dejarte marchar...
Así que vamos a saltos con los comentarios. Nos fuimos al norte, en la región de Moldavia, a la Bucovina del sur (la del norte está al sur de Ucrania). Aquí dejamos de ver huellas centroeruopeas, y aunque en general en todo el país la vida rural se impone, en estos parajes es especialmente hegemónica.
El tiempo pasa despacio, el ritmo es pausado, y los paisajes deben alternar el verde de los bosques con el blanco de la nieve, un año tras otro, sin interrupción.
La joya de la zona, y donde mejor se muestra el tiempo detenido, son sus monasterios profusamente pintados, no sólo en el interior, si no especialmente en el exterior. De ellos hablaremos con más detenimiento.
Así que vamos a saltos con los comentarios. Nos fuimos al norte, en la región de Moldavia, a la Bucovina del sur (la del norte está al sur de Ucrania). Aquí dejamos de ver huellas centroeruopeas, y aunque en general en todo el país la vida rural se impone, en estos parajes es especialmente hegemónica.
El tiempo pasa despacio, el ritmo es pausado, y los paisajes deben alternar el verde de los bosques con el blanco de la nieve, un año tras otro, sin interrupción.
La joya de la zona, y donde mejor se muestra el tiempo detenido, son sus monasterios profusamente pintados, no sólo en el interior, si no especialmente en el exterior. De ellos hablaremos con más detenimiento.
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